sábado, 19 de abril de 2014

Historia:"El Sueño Final"

  Este cuento lo invente porque nos dieron la consigna en lengua de que "Continúen el relato hasta llegar a un desenlace. Pueden incluirles diálogos. El texto debe tener como mínimo una carilla:
 Una mujer estaba sentada sola en el living de su casa. Sabe que no hay nadie más en el mundo:Todos los seres han muerto. Golpean la puerta"

 Una mujer estaba sentada sola en el living de su casa. Sabe que no hay nadie más en el mundo:Todos los seres han muerto. Golpean la puerta, camina lentamente hasta allí, abre la puerta cuidadosamente, era una niña de ojos cafés y cabello castaño, estaba sentada al frente de su puerta, cansada y con hambre.
 -¿Como te llamas?-Le pregunto Isabel acercándose a la niña.
 -Maribel-Le contesto con la voz quebrada y los ojos llenos de lágrimas, mientras sostenía su pierna.
 Isabel la levanto en brazos al ver que la pierna de Maribel estaba sangrando y la llevo directo a la cocina, sacó el botiquín en un intento desesperado de curarla, pero ya era muy tarde.
 -La voy a tener que cortar-Le dijo mirándola a los ojos.
 Maribel bajo la mirada y no dijo nada.Pasaron unos minutos interminables, hasta que la niña pregunto:
 -¿Sos doctora?-
 -No, pero fui enfermera por muchos años-Le respondió.
 -¿Me va a doler?-
 -Te prometo que no, tengo una pastillita que te va a hacer dormir y no vas a sentir nada, cuando despiertes por la mañana ya no vas a sentir ningún dolor-
 Maribel murmuró:
 -Pero ya no voy a tener una pierna-

 Pasaron dos semanas cuando Maribel despertó, estaba en una cama grande con muchas almohadas, miró hacia su alrededor, estaba en una habitación totalmente desconocida, las paredes eran de color celeste claro, habían muchos cuadros de pinturas, algunos muebles viejos y, al lado de la cama, habían dos cajas llenas de libros. De pronto, escuchó el canto de los pájaros, miró hacia su derecha y había una enorme ventana, como pudo y tras un gran esfuerzo, se paro al frente y apoyando sus manos en el marco de la ventana comenzó a observar el cielo azul, el sol brillaba desde lo más alto, el mar casi transparente, y la ciudad completamente destrozada. Por su cabeza pasó sólo una pregunta "¿Qué pasó acá?", no se acordaba de nada. De repente, se sintió muy cansada, sólo se había quedado parada unos minutos y estaba transpirando, comenzó a temblar, miró había bajo y, al darse cuenta que le faltaba una pierna, vio todo negro. Al parecer el efecto de la pastilla había pasado y la niña de tan solo 10 años había tenido su primer desmayo.
 Isabel estaba abajo preparando la merienda y, al escuchar ruidos, subió a ver que pasaba, cuando entró a su pieza encontró a Maribel tirada en el piso. Maribel se despertó toda mojada y lo primero que vio fue a Isabel con un balde vacío.
 -Vení que te ayudo a bajar,ya tengo la merienda lista-
 Maribel seguía sin entender lo que estaba pasando.
 -¿Quién sos?¿Dónde esta mi familia?¿Porqué me falta una pierna?-Le pregunto angustiada mientras Isabel le ayudaba a levantarse.
 -¿No te acordas de nada?-Pregunto Isabel asombrada.
 -No-Respondió Maribel.
 -Bueno, vamos a merendar y te respondo lo que pueda, tal vez contándote lo que yo sé, vas a poder acordarte de algo-

 Estaban sentadas tomando una taza de café con galletitas mientras Isabel le contaba sobre ella misma y de su vida antes de todo:
 -Mi nombre es Isabel, tengo 50 años, trabaje 15 años de enfermera, después de años de ahorros puse un kiosco en el cual lo mantuve durante 5 años. No tengo hijos, ya que nunca me casé, pero cuidando a mis papas y haciendo de la niñera de mis sobrinos fui muy feliz. Pero mi gran y único sueño siempre fue ir al espacio, ser astronauta y ver a la tierra desde lejos, y ese dueño se me cumplió ya que unos meses me estuve capacitando y hace una semana me regrese y hallé la ciudad desierta, destrozada, sin nada ni nadie. Al día siguiente estaba en el living y escuche que golpeaban la puerta, cuando abrí te vi sentada en frente de mi puerta, estabas muy angustiada y con una pierna rota, te dí unas pastillas para que te duermas solo unas horas pero se me complicó un poco, por eso despertaste una semana después y es posible que por esta misma razón hallas perdido el conocimiento, pero decime, ahora que escuchaste todo lo que te acabe de contar, ¿Te acordas de algo?-
 Maribel sonrió y dijo:
 -Si, ya recuerdo de todo-
 -Decime todo lo que te acuerdes-Isabel le pidió muy ansiosa.
 -Bueno, me llamo Maribel, tengo 10 años, vivía con mis papas, soy hija única y lo que paso fue LA GUERRA MUNDIAL, todos se mataban entre todos, esto fue en todo el mundo, duró tan solo 2 días para que los propios humanos extinguieran a los suyos y todo por tan solo un puñal de tierra. A mi no me paso nada porque mis papas me escondieron en una abertura muy chiquita debajo de la casa. Al día siguiente comencé a caminar y me tropecé tan fuerte que la pierna me hizo ¡CRACK! pero no podía quedarme ahí, asique comencé a caminar arrastrando la pierna hasta llegar a una casa que tenía la silueta de una mujer en la ventana, asique, ya cansada, golpee la puerta, y bueno, el resto de la historia ya la conoces-
 -Maribel...¿Y si alguien sigue vivo en otro país? Isabel pregunto con un poco de esperanza.
 -No, ya no queda nadie más den la tierra. La guerra nuclear se llevo hasta el ser vivo más chiquito, te repito que sólo duro 2 días y los humanos acabaron con todo, y los pocos vivos que quedaban, al no resistir la soledad, se mataron a ellos mismos-
 -¡Ya se lo que vamos a hacer!-Contesto Isabel.

 Maribel despertó en una habitación muy chica y toda blanca, ella estaba vestida con zapatillas blancas, pantalón blanco y un chaleco de fuerza blanco.
 Comenzó a gritar:
 -¿Isabel? ¿Isabel? ¿Qué está pasando? ¡La humanidad se extinguió! ¿Qué vamos a hacer? ¿Cuál es tu idea? ¡El año 3000 no puede terminar así! ¡El aire esta contaminado y no hay ni un solo pájaro! ¡Decime cual es tu idea!-Maribel gritaba con un tono sumamente desesperado.

 Por quinta vez las enfermeras le pusieron un tranquilizante a la señora llamada Maribel de 50 años que siempre preguntaba exactamente lo mismo. Pero el quinto tranquilizante que le dieron fue el último, ya que el día 3 de Abril de 1990 a las 5 de la mañana se puso tan helada como la nieve y tan dura como una roca, y se fue con la libertad que toda su vida, desde los 10 años, anheló.